Josep Albert Mestre

Querido compañero: estas palabras que ahora te dedicamos, no quieren ser ni aquellas palabras que con anterioridad no nos hemos dicho, ni palabras que sirvan de despedida.

Las palabras que no nos hemos dicho son pocas,  apenas alguna oculta, las obvias es innecesario decirlas. Las palabras de despedida tampoco caben en este texto, porque es impensable creer que ya no nos acompañas, que no vas a estar de alguna manera presente entre nosotros, trabajando, colaborando para tu Escuela.
Así pues, estas palabras son de saludo, son para saludarte compañero, para expresarte los buenos días, como todas las mañanas, de manera animada y darte dos besos como siempre exigías.Te saludamos Mestre, porque con el saludo permaneces y nos acompañas, porque en el saludo encontramos el grato consuelo de no haberte perdido. Te saludamos Mestre porque tras el saludo no solo se revela este grato sentimiento sino también una reconfortante imagen, la tuya: tú sonriéndonos abiertamente.
Buenos días, Josep Albert Mestre.

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