El diseñador Vicente Blasco vino el pasado jueves 5 de marzo a la EASDAlcoi para ofrecer una conferencia a los alumnos de Producto e Interiores. Aprovechamos para preguntarle sobre los principales retos del diseño en el sector industrial y de producto, desde su perspectiva de profesional con más 30 años de trayectoria.
– Para la gente que no haya asistido a tu conferencia, ¿Cómo les explicarías qué es la cultura del proyecto dentro del diseño de producto?
Como decía Ítalo Calvino, la cultura es eso que sabemos una vez que hemos olvidado lo que hemos aprendido. Con proyectar pasa algo parecido, no te pueden enseñar a proyectar sino que tienes que aprender de manera experiencial. Es como viajar, siempre comparo el proceso creativo con une expedición a través del mundo de las ideas. Tú vas en esa expedición con un objetivo que te has marcado inicialmente pero luego puede que consigas otras cosas. Con el proyecto intentamos encarnar una idea y convertirla en realidad física, a favor de nosotros mismos y los demás. Este es el origen del diseño como disciplina, el hecho de poner algo al servicio de los demás. Es además una disciplina muy proyectual con un fin de fabricación y construcción.
Es importante también discernir entre lo que es un objeto y un producto. Un producto es en sí mismo un objeto pero cumple tres características principales: es deseable, es factible y es económicamente rentable.
– ¿Cómo dirías que ha evolucionado el diseño de producto en estos 30 años que llevas dedicándote a él?
Ha cambiado completamente. Empezando por los objetos que desarrollamos. Hay muchísimos objetos de diseño que ya no son tan materiales y físicos sino que su relación con las personas ha ganado mucho más peso. Se ha convertido en algo mucho más social. La esencia de los objetos es interponerlos entre las incomodidades de la naturaleza y nosotros mismos. La naturaleza ahora es una madre exhausta que tenemos que cuidar nosotros. Entonces tenemos que crear objetos que favorezcan nuestras evoluciones personales y también nuestras relaciones con el medio buscando soluciones colectivas y universales.
– ¿Qué papel juegan las Escuelas de Diseño en este contexto?
Nos falta crear un imaginario positivo al que nos podamos referir. Proyectar al final es referirnos a un objetivo que nos hemos imaginado como mejor delo que tenemos y le asignamos medios y recursos para poder alcanzarlo. Planificamos desde la situación actual hasta la futura mejorada, una especie de utopía. Ahora lo que más abunda es la distopía. Todos pensamos que vamos a vivir peor por el ataque tan feroz que le hemos hecho a la naturaleza y su rebelión contra nosotros. Ese imaginario colectivo positivo que no hemos sido capaces de generar es lo que los jóvenes creo deben buscar y en este sentido, las Escuelas de Diseño juegan un papel crucial.
– ¿Entonces los estudiantes o los recién graduados se encuentran en pleno cambio de paradigma?
Absolutamente. No sólo los estudiantes, todos. Todos tenemos que hacer esa reflexión. De hecho, un estudiante no debería conformarse con lo que se le enseñen en la escuela, debería intentar comprender la realidad y este nuevo paradigma. Determinarlo e imaginar algo distinto hasta lo que ahora se ha hecho, no como algo distópico, sino como algo positivo y utópico.